Llegué a esta novela gracias al club de lectura del que formo parte desde hace poco más de un mes. Llevaba tiempo sin que un libro me arrancara lagrimones, y la verdad que éste me llegó al directo al corasao. Sin duda este librito se ha convertido en uno de mis favoritos.
Cuidando los spoilers, te diré que Elvira Lindo se corona introduciendo el cuento y la fantasía en el momento en el que se descubre el fondo desgarrador y doloroso de las vivencias de Julieta. Me ha fascinado la combinación perfecta entre lo real y lo ficticio (en esta novela aparece con carácter metafórico). Con una sensibilidad maravillosa, y huyendo del morbo, esta novela nos sumerge en una historia de trauma, aceptación y superación contada por una niña de doce años pasando el verano en el pueblo de su familia. Este lugar, ubicado en el rincón de Ademuz, se convierte en un personaje más, diría que incluso en el central. Gracias al bosque de las sabinas, y a los vecinos y vecinas del pueblo, conocemos mejor, y entendemos qué es lo que ocurre alrededor de Julieta y su secreto. Es una novela coral donde mil voces (incluso la de los animales) cuentan, y tienen algo que contar.
De cara a recomendar este libro teniendo en cuenta la conexión con la psicología, me parece muy valioso por la pluralidad narrativa que tiene. Nos muestra un mapa de personas y conexiones, y nos abre la puerta a contemplar éstas últimas como herramienta de trabajo. Una parte muy grande de la aplicación de la psicología erradica en este campo, y desde ahí mi recomendación. Por otro lado, este libro puede ser para ti si te interesa el trabajo con la niña interior y te gustaría ver su aplicación en el día a día, fuera del contexto de terapia.